Durante 37 sirvió a su comunidad desde el cuartel de Bomberos Voluntarios, que hoy cerró sus puertas, simbólicamente, como muestra de luto.
Quien conoció a Miguel Ángel Del Antonia sabe de su entrega, de su solidaridad y de su sentido de humanidad, pero sobre todo sabe de la bondad que había detrás de ese hombre de pocas palabras y sonrisa tímida.
Por las redes circulan muchísimos mensajes de despedida a quien supo ser un gran compañero y amigo, a quien dejó en la institución que lo cobijó durante 37 años un dolor inmenso con su partida.
“Saludo uno, camarada” se lee en la despedida que Bomberos Voluntarios de Gualeguay realizó públicamente al sargento primero. Al interior del cuartel seguramente resuena un hasta siempre, Mincho, y gracias.
