Día Mundial de la Investigación Clínica: los beneficios de su desarrollo y lo que dejó la pandemia

Los estudios clínicos son la pieza clave en el proceso de desarrollo de nuevos medicamentos. Referentes de la industria farmacéutica argentina analizan los beneficios que promueve el desarrollo de la investigación científica y el aprendizaje que dejó la pandemia en el país.

El 20 de mayo se celebra en todo el mundo el Día de la Investigación Clínica, una oportunidad para dar a conocer al público en general en qué consiste la labor de la investigación que permite conseguir una vacuna o un medicamento para una enfermedad concreta, desde su concepción hasta su comercialización.

La fecha conmemora el primer ensayo clínico de la historia realizado por el doctor escocés James Lind en 1747, que sentó las bases para la investigación clínica. Aquel ensayo trataba de identificar la ausencia de la vitamina C como la causa del escorbuto que afectaba a los marineros británicos.

Acceso a terapias innovadoras

Mercedes Copteleza, Country Head Argentina of Global Clinical Operations Janssen, destaca que “los estudios clínicos brindan a pacientes y profesionales de la salud la posibilidad de acceder en forma temprana a terapias innovadoras, con el potencial de contribuir al tratamiento de enfermedades que en muchos casos son huérfanas o que no encuentran respuesta en los tratamientos existentes”. 

“A su vez, -remarca Copteleza- constituyen una fuente enriquecedora de información: traen habilidades, capacidades y conocimientos sobre prácticas innovadoras que resultan útiles para la industria de la salud, basados en la evidencia científica”.

Generación de empleo de calidad

Los referentes consultados coinciden en que otro gran beneficio de la investigación clínica son las fuertes inversiones de las empresas, muchas de ellas extranjeras, que contribuyen a la generación de empleo de calidad. 

Arce subraya dos datos importantes: “El 63% de los recursos con los que se solventan los estudios clínicos provienen de las casas matrices de las compañías farmacéuticas involucradas, lo que implica exportación de servicios, un motor para la economía local. Y el sector generó más de 3.200 empleos, que representa un 17% del total de recursos humanos en I&D, según la última encuesta sobre Investigación y Desarrollo 2020, publicada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación”. 

Enseñanzas que dejó la pandemia

En la visión de Emma Venezian, Directora de la Unidad de Estudios Clínicos de Sanofi para Cono Sur, una de las principales enseñanzas obtenidas fue la colaboración y comunicación transparente entre reguladores, academia y compañías farmacéuticas. “Quedó demostrado que el desarrollo de nuevos tratamientos con más digitalización, procesos remotos, adaptación de diseños y protocolos de ensayos clínicos, lleva a una mayor eficiencia de tiempo, manteniendo la seguridad de pacientes y calidad de los datos alcanzados”, explica. 

Otro aprendizaje que destaca Venezian es la necesidad de estar siempre preparados para una emergencia. “Se implementaron nuevos procesos como el envío directo de la droga de investigación a la casa de pacientes, la atención domiciliaria de pacientes en estudios, la administración de medicamento por equipos especializados domiciliarios, y la optimización de uso de procesos digitales como el monitoreo remoto, captación de datos remotos e incluso inspecciones y auditorías remotas”. 

Para finalizar, Flavio Arce, de Pfizer, enfatiza que la experiencia de desarrollar una vacuna para Covid-19 permitió que la comunidad tomara más conocimiento sobre los estudios clínicos y hoy es más consciente de lo crucial que es la investigación y el desarrollo en el ámbito de la salud”. Según un estudio reciente desarrollado por la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME), 7 de cada 10 personas participarían en investigaciones de este tipo.  

(CAEME)

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