Tiene todos los sueños por cumplir, pero con siete años ya tiene el primero logrado: ser elegido por uno de los clubes más grandes del mundo.
Con apenas cuatro años ya entrenaba en las infantiles de Racing Club de Avellaneda. Viajó cada 15 días a Buenos Aires para entrenar y a eso se sumaban los fines de semana de partidos. Así fue durante tres años para él y su familia.

Juega de delantero y no se cansa de hacer goles. Eso vio el Real Madrid en Punta del Este cuando Samuel fue invitado para probarse en la Sub-10 de Uruguay y viajar al continente europeo a jugar un mundial con la camiseta del país del vecino.
Mostró, goleó, gustó y finalmente fue fichada para que a esta edad tan temprana continúe su formación en el club español. En un principio lo hará en la sede que Los Merengues tienen en Montevideo (República Oriental del Uruguay).