Hoy se cumplen 75 años del fallecimiento de Rosario Vera Peñaloza. En su homenaje, cada 28 de mayo se celebra el Día Nacional de los Jardines de Infantes y de los y las docentes de Nivel Inicial.
Como docente y pedagoga, Rosario Vera Peñaloza hizo aportes fundamentales para consolidar, ampliar y enriquecer el sistema educativo. Su mirada estaba puesta tanto en la formación general de las infancias, como en promover su encuentro y sentimiento de pertenencia en torno a una identidad social y cultural común.
Vera Peñaloza fundó el primer jardín de infantes de la Argentina en Atiles, su pueblo natal en la provincia de La Rioja. Porque sostuvo este compromiso hasta el último de sus días, se la reconoce como la Maestra de la Patria.
Nació el 25 de diciembre de 1873. En 1884 ingresó a la Escuela Normal de La Rioja, dirigida por maestras norteamericanas que Domingo Faustino Sarmiento había traído al país. Allí se graduó como Maestra Normal en 1888. En 1892 se dirigió a la Escuela Normal de Paraná, donde fue alumna de Sara Chamberlain de Eccleston, que se convertiría muy pronto en su mentora. En 1894 obtuvo el título de Profesora Normal.
Paralelamente estudiaba el profesorado destinado a los jardines de infantes y, en 1897, se graduó como Profesora de Kindergarten, en la Escuela de Profesores del Jardín de Infantes de Paraná. En 1900 fundó el Jardín de Infantes anexo a la Escuela Normal de La Rioja, el primero de una larga serie de jardines creados en Córdoba, Buenos Aires y Paraná, abocándose al estudio de planes y programas de educación preescolar.
Vera Peñaloza comprendía la educación como un proceso integral que comenzaba en los primeros años de vida, haciendo hincapié en la expresión oral y la construcción del conocimiento a través de la creatividad, la exploración y el juego. “El juego es la vida del niño. En él ejercita su actividad innata y muestra sus gustos y sus tendencias, su sentir”, decía Rosario.
Promovió la profesionalización de los jardines de infantes. Se dedicó a perfeccionar a los maestros en su quehacer cotidiano siempre atenta a la conexión entre lo popular y nacional, el aporte de los pedagogos extranjeros reconocidos, lo teórico y lo práctico.
Rosario Vera Peñaloza falleció el 28 de mayo de 1950 en Chamical, provincia de La Rioja, adonde había viajado para brindar un curso a los docentes.