Tiene el atractivo del género novela, pero sobre todo el de ser el relato de una historia cercana. El Imperio Reggiardo tiene todos los condimentos que podría tener cualquier guion cinematográfico, pero lo más cautivante es que todo lo que se cuenta está documentado y pasó a 100 kilómetros de nuestra ciudad. Será presentada en nuestra ciudad este sábado a las 20.
Sucede a veces que las cosas se dan a la inversa de lo que ocurre con normalidad y que la lógica no se encuentra con facilidad. Puede acontecer que una decisión fortuita nos lleve a un final inexplicable.
Así ocurrió con el periodista y escritor Carlos Maipah y la historia de Carlo Reggiardo y su familia, que terminó en tragedia y escándalo en 1998. El primero oriundo de Escobar, Buenos Aires; el segundo creador de su imperio económico en Victoria, Entre Ríos.
“No me canso de repetirlo, porque es real. Creo que fue la historia la que me enganchó a mí, la que me buscó, no yo a la historia. Eso es así porque tomé contacto con esto prácticamente por casualidad”, expresa el autor sobre el tema de su trabajo literario, al tiempo que destaca que lo primero que conoció no resultó lo más interesante. “Todo ese escándalo judicial, con falso heredero, con el robo de un cadáver y con todas esas cosas, tenía atrás una historia maravillosa que arranca a mediados del siglo XIX, en 1851, que llega el primer Reggiardo y construye un imperio”.

Carlos llegó a Victoria cuando la ciudad ni siquiera pensaba en convertirse en un destino turístico. Recién abría el complejo de termas y el periodista bonaerense pensó que sería bueno conocerlas. “Me preguntaban de dónde era y a qué me dedicaba. Cuando decía periodista, como estaba el pueblo enfervorizado con la historia de la herencia de Reggiardo y de los falsos herederos, me empezaban a contar cosas y había datos que necesitaba corroborar, pero más por interés personal que laboral”, reconoce el escritor.
“Fui al museo —agrega— y me empiezan a contar cosas. Ahí escucho hablar por primera vez del barrio Las Caleras, que había sido el antiguo Victoria, a seis o siete kilómetros del centro de Victoria. Me fui para allá a curiosear y me encuentro con que era un viaje en el tiempo, era como estar recorriendo, esos barrios medievales de Italia o España, bastante bien cuidado y sin explotar turísticamente. Me maravilló el lugar y a partir de ahí empecé”.
Así fue que, sin darse cuenta, la vida encontró a Carlos Maipah escribiendo una novela sobre una familia de la entrerriana Victoria. “Hablé con la gente que reconocía físicamente al heredero y que fueron los que descubrieron que ese era el hijo no reconocido. Después queda corroborado con un ADN, que dio el 99,98 por ciento”.

Sin embargo, hubo otra vuelta en la historia de Carlos y El Imperio Reggiardo. Fue cuando extravió los archivos digitales de los primeros escritos que había hecho y cuando ya residía en la isla Itaparica, en Brasil, luego de vender los diarios de su propiedad en Escobar. “La computadora se rompió y yo ni me acordaba que estaba la novela. Me llamaron para que lo empiece a buscar, pero cuando escribí no existía la nube, entonces no había copia de eso”.
La memoria de su hijo lo salvó. Recordaba que había quedado un cuadernillo de fotocopias con todo lo que había recopilado Carlos. “Me reencontré con la novela y a partir de ahí sí hubo todo un trabajo profesional, obsesivo. La novela tiene siete peinadas como se dice en la jerga, es decir, una lectura completa, corrigiendo y alterando órdenes”, señala.
—La trama genera algo diferente, interesante, ¿no?
—La historia, si no fuera porque está totalmente documentada, basada en hechos reales y con los protagonistas reales, con nombre, apellido y en muchos casos hasta con su foto, si no fuera porque está tan revisado todo eso, diría qué imaginación. No se puede creer que en una misma familia hayan sucedido tantas cosas. Estamos hablando del naufragio de una lancha de pasajeros, de un accidente aéreo en el que un multimillonario se mata, del robo de un cadáver para evitar que se puedan hacer pericias de ADN, de un estanciero millonario loco que se enamoró de una piba y le hacía vuelo rasante con su avioneta por arriba del techo de la casa en pleno centro de Victoria. Es impresionante.

“Además estamos hablando de la casualidad de que a ese tipo que trabajaba en una empresa de Rosario lo manden a poner una cabina, que la gente lo vea y se crean que era el millonario y estamos hablando de un escribano, un abogado y una mujer que estuvieron presos de cumplimiento efectivo cuatro años y medio. Es increíble la historia”, relata con fascinación el autor de la novela que lo llevó incluso hasta el pueblo natal de Carlo Reggiardo, en Italia. “Cuando describo el caminito por el que el padre se lo llevó prácticamente a patadas en el trasero porque se quería venir para Argentina, yo anduve por ese caminito. Fue realmente un trabajo hermosísimo, hermosísimo”.
Tras presentar el libro en Escobar, en Victoria y en Nogoyá, llegará este sábado a nuestra Biblioteca Popular. Será a las 20 con entrada libre y gratuita.