Tiene 15 años y hace dos que vive en la pensión del club que se ganó su corazón. Sus vivencias en Gimnasia y Esgrima de La Plata, el compañerismo y el apoyo que recibe del resto de los jugadores hacen que el joven gualeyo se sienta menos solo teniendo a su familia a 300 kilómetros.
Llegó de la mano de Mateo Romero, “que nos vio jugar acá a Joel González, a Vicente Spinetti y a mí. Fuimos a probarnos y quedamos”. Así fueron los inicios de Eugenio, delantero “por izquierda o por derecha” y goleador de la octava división del Club. “Tenemos un gran equipo y vamos a poder competir más este año, que estamos más completos en las posiciones. Empezamos en marzo y son 31 fechas en total, donde jugamos contra Boca, River, San Lorenzo, Racing. Además tenemos muchos viajes, a Tucumán, a Córdoba y a San Juan”, relata Eugenio a El metrónomo.
Temprano por la mañana comienzan las actividades del grupo, que tras el desayuno en la pensión viaja hasta Estancia Chica, el predio del Club, para entrenar. “Preparamos los botines y salimos a entrenar. Después vamos al gimnasio y doce y media volvemos”, precisa el futbolista, que da cuenta que luego del almuerzo se prepara para ir a la escuela de Gimnasia, donde cursa el cuarto año de la educación secundaria, y al regreso se entrena otra vez.

En la pensión, los gastos corren por cuenta del Club, sin embargo las frutas o los lácteos a veces escasean y cada uno debe adquirir lo que desea consumir. “Cuando se acaban tenemos que comprarnos nosotros”, explica Eugenio, que convive con 40 chicos de distintas divisiones. “Infantiles, categoría 2012, que algunos han ido a prueba y otros han quedado, hasta 2006 o 2007”.
Nada es fácil cuando se empieza desde tan chiquito a desandar el camino del fútbol y se dejan a kilómetros las atenciones de mamá y las comodidades de casa. “Me cuesta estar alejado de mi familia. Cuando fui empecé en Infantiles y cada tanto hay de esos momentos que se extraña, pero cuando pasás con los chicos es como que se te olvida y seguís. Los fines de semana que no podés venirte pensás qué harías si estuvieras en tu casa”.
“Antes era de Boca, pero los chicos me hicieron de gimnasia, así que voy a la cancha y todo”, confiesa Eugenio, que se reconoce fanático de Messi, aunque su estilo de juego, aseguran, es muy parecido al de Neymar.

Sacrificio y un sinfín de esfuerzos caracterizan el día a día de quienes eligen sus sueños y se echan a volar. Eugenio Reyna es ejemplo de ello. Desde La Plata anhela llegar a primera división y encontrarse haciendo de lo que más le gusta su medio de vida.
Euge tiene muy bien ganado su presente. Es un chico aplicado y fundamentalmente buena persona. Se maneja con valores que se adquieren en la educación de una familia con principios bien claros. Es un gusto tenerlo en La Plata, espero pueda cumplir su sueño.